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La dimensión económica tiene en consideración a todos los agentes implicados, es decir, a todos los que soportan costes o disfrutan de beneficios en algún momento del tiempo. Se examinan los enlaces, flujos positivos o negativos, entre los agentes y se determina la repercusión que tendría un nuevo proyecto. Por supuesto, se tienen en cuenta los impactos directos pero también los indirectos.En las ciudades de América Latina y el Caribe, los pobres urbanos viven una heterogeneidad de condiciones y carencias que expresan directamente e indirectamente su vulnerabilidad económica. Este artículo busca profundizar nuestra comprensión de la dimensión económica de la pobreza y precariedad urbana en las vidas de los pobres urbanos, y averiguar sobre sus implicancias en el diseño de estrategias de política. El trabajo se basa en los enfoques conceptuales del desarrollo sostenible, y de la generación de capacidades y oportunidades en las personas. Se parte de una hipótesis de trabajo de que la vulnerabilidad económica en los sectores de pobreza urbana no ha sido plenamente integrada en las políticas del habitat, limitando la contribución de éstas a la mejora en el acceso de los pobres urbanos al empleo e ingresos estables.
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